Las cosas son como son y esto es irremediable. Somos nosotros como individuos quienes les asignamos una cualidad (buena, mala, etc.) de acuerdo a nuestro contexto, preferencias, percepción, necesidades, etc.
Apuesto que todos juzgaríamos como loca a una persona que se encuentra furiosa y enojada porque aventó una pelota al cielo, y en lugar de subir infinitamente hacia el espacio, cayó directamente al suelo. Así nos pasa a todos con todo lo que pasa a nuestro al rededor.
La postura que uno toma frente a las cosas dice más sobre uno mismo que sobre la cosa en sí.
Es entendible estar decepcionado, enojado, etc. con algo o alguna situación que no está resultando como nosotros quisiéramos. Pero siempre será un gasto de energía innecesaria el permanecer demasiado tiempo enojado con la situación.
La mejor manera de lidiar con algo es siendo consciente sobre estos juicios y fluyendo con la misma, aceptando que lo que está pasando está bien, no porque sea positivo o negativo, sino porque así es. Lo único que resta es ser capaz de responder de la mejor manera y fluir con la situación. Es decir, no quedarnos como locos enojados porque la pelota no subió al infinito, sino entendiendo y lidiando con lo que pasó de la mejor manera posible.
En días de alta incertidumbre, donde hay tantas cosas fuera de nuestro control, donde puede pasar todo y nada, vale la pena recordar que lo único que podemos hacer es aceptar, entender y reaccionar de la mejor manera posible. Es decir, tomando responsabilidad sobre nuestras percepciones y reacciones.
Todo siempre está bien, y no podría ser de otra forma.
Que la fuerza de la higiene, el sentido común y el cuidado mutuo esté con todos nosotros.
mm.