"A quién no sabe qué puerto se encamina, ningún viento le será bastante propicio.” - Séneca
Alguien activó el “improbability drive” del mundo y no sabemos dónde terminaremos ni cómo será la nueva normalidad en la que terminaremos. Muchas son las variables y las probabilidades, pero algo es casi seguro, no volveremos al un mundo exactamente igual al que vivíamos antes.
En tiempos de tomas de decisión, de generación de nuevos sentidos, es muy importante preguntarnos, empezando por uno mismo: ¿a dónde quiero llegar?
¿Cómo es el “nuevo mundo”? ¿Es exactamente igual que el anterior? ¿Es más justo? ¿Es más humano? ¿Es más consciente? ¿Es más o menos elitista? ¿Qué rol juego yo en todo este engrane?
Estamos, por así decirlo, en medio de una tormenta, hay vientos por todos lados, el marinero que no sepa a qué puerto quiere llegar, o peor aún, el que por miedo quiere volver del que zarpó, se encontrará perdido, o como mínimo, será víctima de las circunstancias.
En cambio, aquellos marineros o marineras que tengan más o menos clara la dirección hacia donde quieren llegar, verán estos vientos no como un desastre, sino como una bendición y una oportunidad de llegar más rápido a donde se proponían.
Dentro de todo el horror, angustia y nerviosismo causados por nuestra situación, podemos también rescatar el agradecimiento por estar vivos y la oportunidad que estos tiempos nos otorgan.
Algún día, alguien te preguntará qué estabas haciendo cuando sucedió el COVID. El día de hoy tienes la oportunidad de decidir si estabas tratando de reconstruir un mundo que no estaba funcionando muy bien, o si estabas haciendo algo por transformarlo, aún que sea mínimamente, en algo mejor.
La oportunidad está ahí.
Que la higiene, sobre todo la mental, nos acompañe.
mm.