Me imagino que las emociones son como sistemas de balanzas muy complejos.
Trataré de explicarme. Quizás cuando sentimos alguna emoción reconocida, digamos miedo, es porque nuestro sistema de emociones cedió su equilibrio para que pudiéramos sentirlo y reaccionar acordemente.
Con todo lo que está pasando a nuestro alrededor sería sobrehumano no sentir miedo, ansiedad y nerviosismo.
Si seguimos jugando con esta idea de la balanza desequilibrada, podríamos decir que, justificadamente o no, hay emociones que están cediendo todo su peso para que podamos sentir lo que nuestro contexto requiere de nosotros para sobrevivir y salir adelante.
Creo que una de las emociones que más puede estar siendo sacrificada en este momento es el agradecimiento.
Cuando uno agradecemos a alguien o algo lo que hacemos es reconocer un favor que ha sido otorgado. Es decir, reconocemos que algo que no estaba en nuestras manos que sucediera, sucedió.
Si nos ponemos a pensar conscientemente en todas las cosas que no estaban en nuestras manos que sucedieran y efectivamente sucedieron a nuestro favor, te apuesto que terminaríamos con una lista interminable.
Para empezar con una cosa muy sencilla, podríamos nombrar a nuestra vida. No estaba en tus manos que sucediera, sin embargo, por circunstancias en las que tu no tuviste nada que ver, sucedió.
Agradecer el simple hecho de tener vida, o agradecer la cosa más mundana que pudiera haber pasado en el día es un ejercicio a la que la mayoría no estamos acostumbrados. Me refiero al agradecimiento sincero y profundo, ese que desafortunadamente alguien que sabe que está en riesgo de muerte puede sentir por lo que la salva.
Para bien y para mal la rutina nos lleva y es fácil dar muchas cosas por hecho. Sería poco efectivo para nuestra sobrevivencia parar a cada paso por agradecer que el suelo siga siendo firme.
Sin embargo, si se entiende al agradecimiento como un antídoto emocional para el miedo y la ansiedad. Si lo entendemos como un contrapeso que nos puede ayudar a funcionar de mejor manera para poder reaccionar a la altura de nuestras circunstancias, entonces es algo que no solo es bueno para uno, sino necesario para todos.
Todas estas palabras para decirte: gracias por llegar hasta acá, sea que hayas leído cada letra conscientemente o lo hayas hecho saltando por cada párrafo. Gracias por todo lo que hemos compartido, sea un espacio en tu buzón de correo, sean breves o muchos momentos compartidos. Gracias, gracias, gracias.
Son tiempos retadores, en donde todos sentiremos miedo, dolor y pérdida. Agradecerte, agradecer y agradecernos es una manera de tomar perspectiva, de tomar fuerzas y seguir adelante.
Gracias totales.
mm.