Antes que nada… ¿qué es esto?
La mejor excusa que tengo para plasmar lo que pienso es comprometerme a compartir estas ideas con las personas que quiero y admiro, no hay nada que me mueva más.
Así que esto es un ejercicio, un gimnasio mental al que te invito a acudir conmigo. Consiste en enviarte un correo semanal, a veces con ideas sobre la vida, otras sobre diseño e innovación.
Lo que yo te prometo es mi dedicación, tú ya sabrás que hacer con la información.
La primer serie de artículos tiene que ver con la relación del tiempo, el valor y el trabajo. Ésta es la cuarta y última entrega de la serie.
04 - Elogios a la nada
Durante la serie de tiempo, el valor y trabajo les compartí un par de ideas sobre la valorización del tiempo, el goce y la relación entre el trabajo y forma de ver la vida. A manera de cierre me gustaría hablar un poco sobre la importancia de la nada como método creativo y de sanación.
Mucho está escrito sobre la productividad, si eres una ávida visitante de FastCo, Harvard Business Review, Nesta, Tim Harris y demás encontrarás mil y un consejos para vivir una vida eficiente, saludable y productiva. Todos claman tener el secreto para lograr más, llegar a más gente, tener más dinero, ser más equilibrado, tener más dinero, ser más feliz… ser más Fortune 500 y menos un “don nadie”.
Es más aquí hay una conveniente lista de más de 80 consejos para la productividad que puedes seguir en tu día a día. No digo que esté mal acoplar algunos, solo creo firmemente que si siguieras cada uno de ellos estarías más cerca de la locura que de un goce sano y feliz.
Como adición capital a las listas y consejos de productividad laboral me gustaría agregar la acción de no hacer nada. Esa bonita actividad que consiste en andar por ahí sin ningún propósito aparente, tomando pausas, admirando lo que surja, sin prisas de nada, sin una urgencia de consumir o de compartir. Es decir: estar ahí nada más.
Creo que uno de los actos más revolucionarios y enriquecedores que alguien puede tener en el contexto de un mundo hiper-consumista, adicto a compartir en las redes sociales y al éxito económico es precisamente no hacer nada.
Con hacer nada no me refiero a sentarte por ahí a ver netflix, ver un partido de fútbol o salir de tragos con amigos, me refiero a la capacidad de dejarte de ocuparte de algo de manera compulsiva, de permitirte ver el techo por horas, oler una flor o sentir el agua de algún charco meterse entre los dedos de tus pies sin límites, presiones o tiempos límite. La capacidad de improvisar al ritmo de tu ser más profundo y poderoso.
Desde la nada es posible desarrollar nuevas perspectivas.
Desde la nada es posible crear todo.
Desde la calma se pueden descubrir fuerzas infinitas.
Desde la nada se llega más rápido a la risa sincera y a la felicidad.
La nada, estar ahí merodeando nomás nos acerca más al goce verdadero.
Andamos por ahí corriendo, tratando de salvar al mundo, tratando de hacer más dinero, tratando de ganar algo (a veces ni sabemos qué), sin darnos cuenta que estamos perpetuando con esto el mismo sistema que tenemos la ilusión de transformar.
No estoy diciendo que no trabajes ni que seas productivo cuando lo hagas. Digo que no te olvides de vagar por ahí, de darte momentos de vacío, de dejar de lograr haciendo algo para lograr haciendo nada.
Si quieres profundizar más sobre este tema creo que Ross Gay es una muy buena fuente.
Y tú ¿cuándo fue la última vez que no hiciste nada?
mm.
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